No, no vamos a hablar de psicología, sino de aprender español. Pero… ¿verdad que queda chulo el título? 🤨
De todas formas, si bien no hablaremos de Freud, sí lo haremos de un superpronombre: el “yo”. 😎
De todos es sabido que, a diferencia de otras lenguas, en español no es necesario incluir el “yo” para expresar la persona del hablante, ya que con la desinencia verbal es suficiente.
Sin embargo, en la lengua coloquial, con frecuencia recurrimos a él. Entonces, si no es necesario desde el punto de vista gramatical, ¿por qué lo usamos en ciertos contextos? 🤔. Pues muy sencillo: porque así nos lo exige nuestra amiga la pragmática. En efecto, lo que pretendemos en estos casos es hacer valer el propio criterio, individualizando al hablante frente a otras personas. ➡️➡️ 😊 ⬅️⬅️
Tranquilidad, ya os lo explico yo… 😌, es lo que siempre digo a mis estudiantes del curso intensivo de español.
Y es que yo pienso que la pragmática debe condicionar el uso que hagamos de la gramática. Vamos, creo yo. Porque, vamos a ver… ¿cómo lo diría yo?… 🤔. Es que, de otra forma, no podríamos alcanzar nuestros objetivos comunicativos. Os lo digo yo, que algo he leído sobre esto… 🤥.
Bueno, te dejamos aquí abajo una pequeña infografía sobre el tema (está chula, la he hecho yo mismo), para que puedas relacionar los usos de “yo” con los ejemplos que aparecen en este texto. Y yo, yo me voy a descansar ahora un rato. 🛋. ¿Qué dices? ¿Que soy un vago? ¿Yo? 😤. ¡Eso lo será el señor Freud!