¿Tienes la nariz congestionada y los ojos llorosos? ¿Te sientes agotada? ¿Notas que estás extremadamente cansado? ¿Sientes escalofríos? ¿Sufres de insomnio? ¿Después de horas de trabajo, notas muchísima hambre?
¡No te preocupes! ¡Tenemos la solución! ?
Bueno, en realidad no la tenemos, y como no somos médicas ni enfermeros evitaremos darte remedios que puedan ser contraproducentes. Pero sí podemos ayudarte a expresar todas estas sensaciones físicas en español con una serie de expresiones que, si bien no calmarán los dolores de tus estudiantes, sí enriquecerán su léxico.
Como ya sabes, la adquisición de los recursos necesarios para expresar las distintas funciones comunicativas en español se realiza de manera gradual, conforme a los criterios del Plan Curricular del Instituto Cervantes. En el caso de la expresión de sensaciones físicas y dolor, nuestros alumnos aprenden primero los usos de tener + sustantivo y de estar + adjetivo, así como el verbo doler.
Paulatinamente, vamos añadiendo otros verbos y estructuras, pero llega un momento, cuando avanzamos en el aprendizaje, en el que estos recursos se quedan cortos, por lo que necesitamos pasar a expresiones idiomáticas de uso común entre los hispanohablantes. Y, como te hemos comentado antes, eso es lo que queremos mostrarte hoy.
Pensemos, por ejemplo, en una profesora que está extremadamente cansada tras una semana ajetreada de trabajo. Podemos decir de ella que está para el arrastre o que está hecha polvo (esta última expresión también se puede emplear para hacer referencia a un estado anímico).
Imaginemos ahora que esa misma profesora, que solo piensa en ir a la playa el fin de semana para poder desconectar, empieza a tener síntomas de resfriado el jueves. El viernes se encuentra peor y el sábado tiene la nariz congestionada, los ojos llorosos y nota un peso enorme en la cabeza. ¡Menudo trancazo tiene! Debe cancelar sus planes de fin de semana y quedarse en casa descansando…
De hecho, por culpa de semejante trancazo, la pobre no ha podido dormir en toda la noche ❌️, es decir, no ha pegado ojo o, lo que es lo mismo, ha pasado la noche en blanco.
Al día siguiente se encuentra peor, y ha empezado a notar muchísimo frío: pese a que en la calle el termómetro marca 25 grados ☀️, ella tiene la carne de gallina (también se usa esta expresión para decir que una persona tiene mucho miedo, aunque, por suerte, no es el caso de nuestra profesora).
Por si esto fuera poco, al ir del sofá a la cama se ha golpeado el pie con la mesa del salón, y le ha dolido tanto que ha visto las estrellas.
En resumen, la pobre está muerta de frío y de sueño. Y como apenas ha podido comer, también está muerta de hambre, o, lo que es lo mismo, tiene más hambre que el perro de un ciego .
Hemos de reconocer que esta última expresión no ha envejecido muy bien (afortunadamente, la situación de las personas invidentes no es la misma que en los tiempos del Lazarillo de Tormes), pero es un reflejo de una determinada situación social, que ha pasado al idioma en forma de modismo (podemos decir algo similar de la expresión pasar más hambre que un maestro de escuela).
Por cierto, y ahora en serio, si tenéis algunos de los síntomas descritos en el primer párrafo, lo mejor es que acudáis al centro de salud o a la farmacia y que descanséis mucho. Es lo mismo que ha hecho nuestra pobre profesora…